Opinió

El día de la Marmota

Estamos en otoño, el viento frio desviste los árboles y convertirá cada seca hoja en una flor voladora. Aparentemente ya se ha dado la vuelta al reloj de arena electoral y en febrero acudiremos a las urnas nuevamente.

Tienen costumbre los lugareños de celebrar el 2 de febrero lo que denominan “el día de la marmota” un folclórico sistema de predicción meteorológica sobre el fin del invierno: si la marmota sale de su guarida es que el invierno toca a su fin. Por el contrario, si la marmota no sale…indica que todavía se alargará durante semanas.

No es un sistema muy científico, pero da oportunidad de realizar una fiesta y hace años se hizo una película con el mismo título. Una variante del mito de Sísifo, pero sin piedras.

El protagonista pasa por diferentes etapas, constando que haga lo que haga, el día siguiente se repite idéntico de oportunidades para cambiar.

Primero tiene incredulidad, luego angustia, para continuar utilizando el conocimiento de lo que acontecerá en su propio beneficio egoísta y concluir que: no es negocio, que quiere salir de ese bucle y para ello la única alternativa es hacer bien las cosas.

No será el 2 parece que será el 14. Unos concurrirán como sopa de letras indepes. Es lo lógico, cuando uno es indepe, lo es hasta el infinito y esa obsesión por dividir aplica hasta en su propio movimiento; que se han ido atomizando en sopa de letras con variadas siglas construidas con los restos del naufragio de nuestra sociedad en su egoísta esfuerzo de ser bigote de gato y no cola de león.

El peligro no ha pasado, tan solo ha mutado. La actual estrategia es destruir el país entero con la oscura esperanza de acabar siendo el reyezuelo de alguna ladera o de algún barrio. La historia siempre se repite. No se molestan ni en cambiar los nombres.  Durante la I República hasta Cartagena se declaró independiente. El “cantonalismo” fue un caos que perjudicó severamente la vida de todos los ciudadanos.

Los sistemas de gobierno evolucionan y las viejas recetas, las viejas palabras; no son solución a los problemas de nuestro tiempo.

Llevamos 10 años de procés. Los que lo proponen no han avanzado ni un milímetro en sus objetivos y cuando hablan de república, lo único a lo que aspiran es a vivir como reyes.

Cuando eres pequeño ves las cosas grandes y el tiempo pasa despacito. Cuando eres mayor ves las cosas en su tamaño y el tiempo pasa deprisa. El tiempo es la medida del cambio. Somos una sociedad adulta, el mundo gira deprisa, pero en este día de la marmota hasta que no hayamos aprendido la lección de que, con vanidades, corrupciones y chauvinismo paleto, no saldremos de este bucle. Donde unos pocos viven como reyes y pretenden convertirnos en sus vasallos medievales. ¡Que nadie se equivoque! El hacha, aunque tenga el mango de madera, no es amiga de los árboles.

La foto de 3 sonrientes expresidentes y sus cortesanos, que cobran un pastizal que tú no cobras y se adjetivan bajo artísticos nombres cual toreros: “el navegante”, “el fugado”, “el eventual”. Pontificando que “solo en España se da esta circunstancia de inhabilitados”. Tienen razón, esto no pasa en ningún país del mundo civilizado. Que los presidentes de una autonomía pidan a todos sus administrados que paguen sus impuestos y cumplan las leyes mientras ellos no lo hacen.

Desde el grupo de Cs, después de mucha insistencia, conseguimos que el teléfono 061 fuera gratuito. Pero ya lo han vuelto a establecer de pago con tarificación adicional. Cuando la tos y terror de que el covid esté invadiendo tus células te asalte y tengas que estar 2h colgado de un teléfono con tarificación adicional hay que pensar en la foto de los sonrientes expresidentes; “represaliados” con palacete y yate veraniego. Quizás entonces comencemos a darnos cuenta de la realidad, y las prioridades de la vida.

En la película del día de la Marmota, Phil escucha a unos paisanos en bar decir “¿y si no hubiera mañana?” Y llega a la conclusión de que entonces… no habría consecuencias y aprovecha para hacer el cafre todos los días.

Pero sí que hay mañana. No será el 2, quizás el 14. Hasta entonces continuaremos trabajando con la esperanza de que la marmota se asome y de por concluido este oscuro invierno del procés.