Opinió

La política de los Calamares

Decía Pau Donés que “hay que tener prisa por vivir". Que no quiere decir vivir con prisa, ni vivir deprisa; más bien apurar y no desperdiciar lo que el mismo autor calificaba como “la vida es un regalo”.

De nuestra cuenta queda definir: ¿qué es la vida? Para él, era la música que sonaba en su cabeza, eco de su corazón. Para mí, en este momento, es la política, y desde que suena el despertador estoy leyendo, informándome, estudiando y escuchando sectoriales o ciudadanos de a pie en sus problemáticas. Buscando soluciones que corrijan errores y mejoren la vida de los ciudadanos.

Normalmente, el día a día te devora y más a los que somos y vivimos en la montaña. La distancia no se mide en km, se mide en tiempo, y nuestro sistema de comunicaciones nos hace estar lejos de una Barcelona capitalina y centralista que se deviene como el gran centro de decisión, equiparando a los habitantes del mundo rural con el Oso Yogui domiciliado en el Parque Yellowstone.

Esta semana se ha aprobado en el Parlament, por vía legislativa, la creación de una nueva Agencia Catalana del Medi Ambient. Todos estamos a favor del medio ambiente. La gente que somos de montaña, sin lugar a dudas, más que nadie; queremos cuidar de nuestra casa. Llevamos siglos haciéndolo y estamos en contra de esta política centralista y paternalista. Pero cada día lo ponen más complicado y al final no nos quedará más remedio que acabar todos apiñados en el área metropolitana en busca de trabajo. Es evidente que hay que proteger el medio ambiente, nadie me lo tiene que explicar, pero tengo serias dudas de que esta Agencia sirva para ese destino y muy probablemente solo quede para incorporar a una minoría privilegiada en el Capítulo 1º, a la estela de las subvenciones; con una resultante de aún más trabas y dificultades para el desarrollo del mundo rural.

Esta semana se ha aprobado en el Parlament la creación de una nueva Agencia Catalana del Medi Ambient. Todos estamos a favor del medio ambiente. La gente que somos de montaña, sin lugar a dudas, más que nadie; queremos cuidar de nuestra casa. Llevamos siglos haciéndolo y estamos en contra de esta política centralista y paternalista. Pero cada día lo ponen más complicado y al final no nos quedará más remedio que acabar todos apiñados en el área metropolitana

Defendí esta semana nuevas propuestas para el control de daños que ayuden a paliar los daños ocasionados por los osos en el Pirineo. Propuestas de nuevas instalaciones deportivas, propuestas para regadíos y eficiencia energética en la agricultura, propuestas para mejorar la financiación y luchar contra la corrupción en el mundo del deporte, propuestas para resolver la problemática de los socorristas acuáticos, o este verano nos quedábamos sin piscina. Propuestas contra el injusto nuevo régimen sancionador a nuestros cazadores. La creación y el posterior mantenimiento de nuevas agencias y resto de tinglados, no es gratis. Pero desde la administración lo tienen muy fácil: pues subimos el impuesto de sucesiones a tipos record y las sanciones a los cazadores las multiplicamos por 15 y ya tenemos dinerito para nuestros tinglados. Y aún nos sobra incluso para subir el sueldo de los expresidentes de la Generalitat.

Personalmente yo no soy cazador, pero reconozco que su labor es imprescindible para el medio ambiente, además de ser un motor de riqueza para el mundo rural.

Cada semana hay muchos y variados temas. Todos los intento afrontar lejos del eslogan y cerca de la responsabilidad y el pragmatismo.  Borges decía que el paisaje condiciona el carácter de las personas. En la montaña no tenemos calamares que sueltan tinta para escaparse y todo son excusas. ¿Qué se va la Nissan? Pues te montan una campaña de distracción y acaba pareciendo que la culpa sea de Colón. Si quieren cambiar el nombre de la plaza y rebautizarla como plaza de los Teleñecos y sustituir la estatua del almirante por la de Epi y Blas, pues que lo hagan, pero con eso no recuperaremos los puestos de trabajo perdidos. La política no se debería hacer con tinta de calamar, se ha de hacer con tóner; escribiendo negro sobre blanco y con propuestas serias que ayuden a la gente. Y en eso seguiremos, “llenando los minutos de bravía lucha”, que apuntaba Kipling. Porque como decía Pau, “la vida es un regalo” y mi responsabilidad es ser agradecido trabajando por ella.